lunes, 25 de enero de 2016

Los tiempos de la vida. Volvieron las menciones a los griegos. Productividad. Qué es en verdad el tiempo libre. Justificaciones y más justificaciones. Resignación y descanso al fin.

Ya lo dice Vox Dei, lo dicen The Byrds, lo dice la Biblia, lo dicen los griegos de antes: hay un tiempo para cada cosa.

Pretender ser productiva el 100% de mi tiempo no me ha llevado muy lejos. De hecho, me llevó a pasar ya 26 días (sí, los voy contando) en reposo con la pierna en alto. 

El día que me quebré lo pasé en el hospital, aseguraba a todo el que se me cruzaba que aprovecharía el “tiempo libre” para preparar varios finales y avanzar en la carrera. No me percaté en su momento de un pequeño detalle: este obligado reposo no constituye exactamente tiempo libre
Mi mente no está libre, y mi cuerpo tampoco: ambos están presos de un yeso que ocupa el 90% de mi pierna derecha y una gran parte del día el 100% de mi mente. A veces me duele y me enojo porque me duele y no pienso en otra cosa que no sea por qué me duele cuando ya debería estar bien -cosa que no deja de ser una expectativa irrealizable, el médico dijo tres meses. 
A veces no me duele pero me incomoda y siempre que tengo que moverme me lo planteo dos veces: ¿es real y absolutamente necesario que haga ese viaje? Solo si la respuesta es un rotundo sí agarro las muletas y emprendo la odisea.
La necesidad de justificar ante el mundo que no estoy siendo productiva porque me quebré la tibia y el peroné y me pusieron una placa y nueve tornillos me desgasta. Fotos del yeso y constantes explicaciones tales como “hoy no estudié porque me dolía”, o “ayer iba a estudiar pero me quedé dormida” o “no salgo de casa porque me resulta sumamente engorroso caminar con las muletas hasta el ascensor y de ahí a la puerta del edificio”, ni hablar del terror que me dan las baldozas sueltas y las irregularidades de la vereda.
Este mismo escrito no es más que una justificación de mi improductividad de los últimos veintiséis días y los próximos quién sabe cuántos, porque intento convencerme de que todo va a ser mejor cuando pase del yeso a la bota walker y empiece la rehabilitación pero no puedo estar tan segura de que no me va a doler aún más cuando empiece a mover el tobillo de nuevo.

Como dicen Vox Dei, The Byrds, la Biblia y los griegos de antes: hay un tiempo para cada cosa, y evidentemente, para mí, este es tiempo de descanso y recuperación. 

No tiempo libre, no tiempo de estudiar, no tiempo de empezar un proyecto super productivo que me haga sentir que el reposo valió la pena. Simplemente tiempo de poner la pata en alto y distraerme con alguna pavada hasta que el cuerpo haga su trabajo de sellado y mi hueso vuelva a la normalidad (o lo más parecido posible a la normalidad).

1 comentario:

  1. Procrastinar es un "arte" que juega al ajedrez consigo mismo y se hace trampa. Olvidate de estudiar, hay que darla a la matraca con películas!, cine!, Netflix!, chocolates!, helados!, aire acondicionado!, mas cine!, vino tinto!, asado!, cerveza!, patys, salchichas con papas fritas!, nachos!, mas cerveza!...y cuando todo eso parezca poco!, maní con pasas de uvas y mas cerveza!...ese es el secreto para pasar los días...

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