sábado, 5 de agosto de 2017

La enfermedad como camino y otros libros de autoayuda. La obsesión posmoderna por tener el control. La culpabilización de las víctimas. Mecanismos de la sociedad de consumo. Aprender a aceptar lo que simplemente es.

Últimamente estoy notando una tendencia absurda a querer responsabilizar a la gente de todo lo que le ocurre.

Cuando me quebré la pierna vinieron varios a ofrecerme el libro “La enfermedad como camino” donde básicamente dice que las enfermedades que te agarrás son formas de tu psique de hacerte saber qué estás necesitando. 
No puede ser que simplemente te hayas accidentado, o que simplemente hayas estado cerca de alguien con un virus, o que simplemente hayas comido algo en mal estado. Sí o sí es tu subconciente que le avisa a tu cuerpo que estás necesitando algo. Entonces, este libro le asigna un significado oculto a cada dolor, por ejemplo yo me quebré la pierna en un accidente doméstico: necesitaba frenar y descansar. 
¿No puede ser simplemente que me desmayé y me quedó el pie enganchado en la puerta y me quebré? No. Necesitaba frenar, por eso me quebré la pierna: yo me lo busqué, la culpa es mía, la responsabilidad es mía, y si leo el libro y entiendo los mensajes que mi cuerpo me está dando, puedo ser más feliz, o evitar enfermarme, o darme cuenta de que si me enfermo no es por factores externos a mí, sino porque yo lo andaba buscando. BASURA.

Lo mismo pasa con las relaciones. Me canso de ver afiches virtuales y de escuchar a la gente decir “si no te querés vos no te va a querer nadie”. Listo, copado, quedamos así: si tengo baja la autoestima y no me estoy queriendo mucho, encima es mi culpa que los demás tampoco me quieran. Tengo que hacer magia para quererme así los demás me van a querer, porque soy yo la que genera que nadie me quiera. MENTIRA.
Cuánto te quieran los demás no depende en nada de vos. Cuánto uno quiera a alguien no depende de ese alguien, depende de uno exclusivamente. Así se explica que haya abusadores a los que sus parejas aman y que haya gente muy buena de la que no hay nadie enamorado: el amor está en el que lo da, no en el que lo recibe. No hay nada que podamos hacer para que nos quieran los demás, porque no tenemos control sobre los sentimientos de los demás (a penas si podemos controlar los propios). 

En lugar de aceptar que hay cosas que no podemos controlar y vivir con eso, esta nueva onda del new age y de la posmodernidad parapsicológica nos quiere hacer creer que todo en la vida depende de nosotros, que somos absolutos responsables de lo que nos pasa.

Lo que más me indigna es que las frases suenan bien y ese libro de las enfermedades se vendió como loco y la gente lo cree y se termina sintiendo responsable de cosas que jamás hubiera podido controlar. Se llega a la siguiente conclusión: todo lo malo que nos pasa es nuestra culpa y podríamos evitarlo si compráramos todos esos libros de autoayuda basura que nos enseñan a tener éxito en la vida. 
Resultados de llegar a esa conclusión: cuando te comprás los libros y no podés tener control sobre lo que te pasa (porque te seguís engripando y el chico que te gusta sigue sin darte pelota) te sentís una mierda y te querés pegar un corchazo, porque terminás pensando que sos vos el que está haciendo las cosas mal cuando en realidad se trata de cosas que están fuera de tu poder.

Esto no es más que un mecanismo más de la sociedad de consumo: te responsabilizo a vos de lo que te sale mal, te vendo el producto donde te enseño cómo hacer para que las cosas no te salgan mal y te pongo presión para que sientas que si no te sale todo bien es culpa tuya, entonces te sentís miserable y seguís comprando más y más de estos productos. 

A mí me costó mucho (tiempo y esfuerzo) llegar a sentirme bien conmigo misma, y la clave la encontré en aceptar que yo no tengo el control sobre las cosas que me pasan: 
Yo no tengo el poder de hacer que los demás me quieran. 
Yo no tengo la culpa si me enfermo. 
No todo depende de mí. 

Saber identificar qué cosas dependen de mí y qué cosas no fue lo que me llevó a vivir en paz conmigo misma, pero después vienen y me bombardean con esas frases hechas que sutilmente me echan la culpa de lo que no me sale como quiero y me sacan de mi eje.

A veces hay que aceptar que en la vida nos pasan cosas que no nos gustan o que no tienen un porqué, que nos pasan cosas que no dependen de nosotros, cosas sobre las que no tenemos el control. A veces hay que aceptar en lugar de explicar, responsabilizar, controlar. Aceptar y dejar que las cosas sean como son, sin más. 

1 comentario:

  1. Ahora que releo esto me doy cuenta de que el mismo mecanismo aplica para el laburo. El mito de la meritocracia y el self-made man. Si no tenés laburo es porque elegís ser un vago choriplanero mantenido por el gobierno. "En este país no labura el que no quiere" dijo Duhalde recogiendo una idea muy arraigada en el sentido común. Entonces también se anula la posibilidad de la crítica y por lo tanto, del cambio. Pero del cambio a nivel social. El único cambio para mejor posible es el interno, el cambio de "actitud" frente a las cosas dadas. Las cosas dadas no pueden cuestionarse.

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