Hace tiempo me acostumbré a describirme así, me acostumbré a hacerme cargo, no sólo de ser una “mujer fálica” sino de lidiar con las consecuencias que eso implica.
Soy una mujer fálica porque cuando una propuesta me gusta, digo que sí, y cuando alguien me gusta, encaro. Porque para mí no existe ese juego de la presa y el cazador, no existe ni existió nunca nada atractivo o interesante en decir una cosa que no es la que siento para volverme más deseada o más codiciada. No funciono así, y aprendí desde muy chica que no funciono así porque soy fálica.
“Tendrías que hacerte un poquito la difícil”. “No te veo como novia porque desde el primer momento nuestra relación fue sexual, no puedo verte de otra manera, no puedo no cosificarte”. “Si aceptás tan rápido nunca te van a tomar en serio”. “Sos muy linda, pero a mí me gustan los desafíos, y vos aceptaste en seguida”.
Real. Todas son frases reales que se me dijeron en los últimos diez años.
Soy fálica porque cuando digo no, es no. Es real y rotundamente “no”. No significa que sigas intentando de otras maneras, o más tarde, o cuando esté más ebria. No significa que estoy haciéndote desear. Yo no te hago desear, si yo tengo ganas te digo que sí, yo soy así, y así -me enseñaron- son las mujeres fálicas.
BUENO BASTA. HE DICHO BASTA.
No soy fálica. Soy Cecilia. No soy fálica ni rápida ni puta ni todos los calificativos que quieras ponerme para descalificarme . Soy una mujer que sabe lo que quiere. Soy una mujer que siempre disfrutó de su cuerpo y siempre tuvo la fortuna de poder elegir con quién disfrutarlo.
Y si no me podés tomar en serio porque no sigo los estereotipos del patriarcado, no te necesito en mi vida. Si no podés entender que cuando digo que no es porque no quiero, entonces tenés un problema vos. Porque yo soy clara y directa y cuando quiero algo que puedo tener, no lo dudo ni un instante.
Y si eso me hace menos mujer y más fálica, revisá tus conceptos de mujer, de hombre, de ser humano. Porque yo no soy menos mujer por disfrutar del sexo con el o los hombres que me gusten. Y no soy menos mujer por elegir concientemente no tener hijos y vivir de manera independiente sin formar una familia.
Y no soy fálica. Porque fálica significa menos mujer, fálica significa que tengo características masculinas y no hay nada masculino en decir que sí cuando quiero algo. Y porque yo no tengo ni necesito ningún falo para ser yo, para saber lo que quiero, para ser libre.
Y si me decís fálica es porque te molesta mi libertad. Te molesta que me cague en los estereotipos. Te molesta que me aburran los juegos absurdos que esconden tu inseguridad (sí, te lo dije), sos tan inseguro que necesitás que te hagan creer que vos te ganaste a la minita, necesitás creer que esa conquista es tu logro, y no que ella te eligió, que ella decidió que tenía ganas de estar con vos, porque ella quiso eso, no, tiene que ser tu premio, tu conquista, no su decisión, por eso te gusta el histeriqueo, pero yo no te doy eso, y te molesta y te asusta que decida yo y que te diga que sí, sin esfuerzo de tu parte. Te molesta que vaya de frente y que me la banque, y lo que más te molesta es que me haga cargo y que encima lo disfrute.
No, no soy fálica.
Soy muy mujer, porque las mujeres decidimos qué hacer con nuestras vidas, porque las mujeres decidimos qué hacer con nuestros cuerpos, con quién, cuándo y cómo compartirlos. Y no somos presas que hay que cazar, y no somos premios que hay que ganarse laburando. Somos seres pensantes, sujetos independientes y con capacidad de decisión.
¿Demasiado posmoderno para tu gusto? ¿Demasiado feminazi para vos? Y bueno, entonces vos sos demasiado machirulo para mí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario